El valor de un beso
¿Qué precio tiene un beso? podría preguntar.
¿Qué tipo de beso? contestaría una mayoría.
Uno de los de verdad, podría añadir yo.
Esos… no tienen precio, responderían de nuevo muchas voces.
Y es que hay muchos besos, pero hablemos hoy de aquellos en los que se acarician dos labios. Y olvidemos los besos en los que participa la rutina, los que se dan sin dejar fluir un sentimiento y son fruto de la costumbre. Hablo de besos con sabor a «primer beso», con guarnición de nervios, de los que no se borran al fondo de la retina, de los que llevamos siempre en la mochila.
¿Cual es el secreto de un beso?
Pues supongo, que en primer lugar, ser deseado por ambos. Esa debe ser su primera virtud, pues es a la vez, su sentido.
El no ser forzado o precipitado, debería ser otro atributo importante, el deseo es como un buen plato de comida… aunque la comida sea la misma, sabrá mejor cuanto más esperes y más hambre tengas ¿no?
La experiencia y habilidad de los participantes es también vital, pues no todo el mundo besa igual y hay diferencias enormes. Recuerdo que el que debía ser mi primer beso de cuando era niño fue, en realidad, un mordisco por parte de ella, con unas prácticas previas tan inexistentes como las mías. Yo imagino que tampoco dejaría huella es día, ella aunque brevemente lo consiguió.
Pero sobre todo… el secreto es dejarse llevar ¿no creéis?
Liberar tu pasión, dar rienda suelta a tus sentimientos… cerrar los ojos para que lo único que sientas sea eso, dejarte marear por el momento y olvidar todo lo demás, para que todo tú… nazcas y mueras en ese beso.
Otra cosa más donde fluir es vital…
Grandes conquistas y guerras, traiciones y asesinatos, desarrollos intelectuales e inventos… tantas cosas se esconden tras la búsqueda del secreto de un beso ¡Y no uno cualquiera! Ya sabéis a cual me refiero… AL beso, el dueño de la piel de pollo que congela el corazón para poco después dejarlo en remojo con los pies en una playa caribeña… ya sabéis, ese beso.
En próximos episodios…
– El secreto de un cunnilingus
– Posturas del kamasutra que hacer antes de los 35
– Masturbación en condiciones extremas
– Sexo ingrávido para Dummies
– Mitos y leyendas urbanas del Sexo
– Políticos que cambiarían de lado con un buen polvo
Yo recuerdo cuando mi ex me besó por primera vez, lo nerviosa que estaba, era un flan, nunca había besado a nadie y cuando pasó sentí un cosquilleo en mi interior. Ayssss!!! supongo que un buen beso es la combinación de todo lo que has dicho: la experiencia, la pasión y dejarse llevar que es lo importante.
Te mando un beso (en la mejilla jeje) :)
«Por una mirada, un mundo; por una sonrisa, un cielo; por un beso… ¡Yo no sé qué te diera por un beso!», y si eso decía Bécquer, es que un beso no es algo de tomar a la ligera. Tras un beso, de los de verdad, se descubren muchas cosas, y es de verdad cuando, como dices, te dejas llevar, sin miedos, sin reloj, sin vergüenzas, al igual que en lo que venga después. Besos o sexo con frenos y melindres apagan la pasión.
El beso, ese beso importante reúne muchos requisitos para ser «el beso», quita la rutina, la costumbre… pero hay besos que se salvan y a pesar de ser fruto de la costumbre te erizan la piel y pides otro, y otro, y otro…y el breve beso de despedida se convierte en un BESO, con mayúsculas, que te hace llegar tarde al trabajo…
¿Y esos besos en la mejilla que te dejan tanto sentimiento? También existen, también transmiten…
Un abrazo y un beso.
Simplemente…. te mando un beso!
jeje, me hace gracia ver que escribiste este post antes de lo que hablamos el otro dia! :-)
Con los besos, no me sale la parte analítica y se me antoja un cocktail de factores, entre los que destaca la química, esa atracción que no se puede explicar….
Como bien dices fluir…. es vital. Viva la autenticidad y la naturalidad!
Estaba leyendo a Salinas y me he acordado de esta entrada tuya, y me ha apetecido venir a dejarte un pedacito de poema: «…Cada beso perfecto aparta el tiempo,
lo echa hacia atrás, ensancha el mundo breve
donde puede besarse todavía…»