10 bodas
Con la de ayer, he ido a 10 bodas en mi madurez*, las de niño no las cuento, pues no era sino el sopor de la iglesia seguido de la larga espera a que pasara todo el marisco para que por fin llegara mi tan ansiada carne. De esas 10 bodas… por voluntad propia, acudí a 5.
Y de cada una de esas 5 me llevé grandes momentos, emociones que están a flor de piel y alguna que otra idea para la mía.
La de este fin de semana me regaló un Hagamos un trato de Benedetti que leyeron antes de la boda (lo bueno de las bodas por lo civil, poder leer cosas que realmente signifiquen algo…), momentos muy emotivos, risas… y sobre todo, disfrutar de uno de esos escenarios dónde observar a las personas y aprender mucho del ser humano.
En mi mesa yo era el representante de los hombres solteros.
4 parejas me escoltaban:
– Una que llevaban un par de años juntos.
– Una que vivirían su propia ceremonia, esta vez eclesiástica, un mes después.
– Una que ya estaban casados pero sin niños.
– y la última, casados y con niños.
Cada una de las parejas tenía sus tensiones. Entre los que no estaban comprometidos y eran solo novios podía verse, en los ojos de ella, una mirada de «ojalá me lo pidiera», mientras que él miraba en otra dirección. Los que se iban a casar discutían porque ella quería un anillo de pedida, y él sostenía que con una relación tan formal como la suya no era necesario. Los casados… en fin, ella era una choni reina, así que lo tenía abducido y no tenían problemas, o eso creerá él hasta que se despierte. Y la pareja casada y con niños… pues ella quería un coche grande para la familia, y él no quería renunciar a su coupé elegante y que le sigue recordando que pese a tener dos niños, aún es joven.
Sin duda, la mejor pareja, estaba en otra mesa, ni más ni menos, que en la de los novios, capitaneando la mesa. Me emocionó aquella parte de la lectura del novio, aquel «aunque no podríamos ser más distintos no imagino mi vida sin ti«, admiro el amor complementario, tierno y real. Qué dulces son esos momentos en los que el corazón de un hombre se muestra desnudo, y es ella la que acude a protegerlo con un abrazarlo. Qué bonito el amor ¡Cómo dejar de soñar con él!
Aprendí muchas cosas en esta boda… lo importante y necesario que es dar las gracias, cómo es la gente la culpable de que ese sea el mejor día de tu vida, y no la propia boda, y que con diferentes sabores y platos se sirven felicidades tan diversas como personas.
Siempre pensé que el día que encontrase a «la mujer de mi vida» quizás no le importaría hacer algo diferente… una boda élfica, o Jedi, o tan solo ella y yo en una playa de Indonesia. Que nuestras locuras juntas quizás combinarían, que sería única y memorable, distinta y original. En fin, con el paso del tiempo te das cuenta que quizás, yo acabaría cediendo a los convencionalismos, que me vería obligado a elegir con cuidado quien iría y quien no, llegando a extremos muy complejos y difíciles, y que sería una boda más… con la diferencia de ser la mía.
Cuando pienso eso me dan ganas de prometerme que jamás me casaré… porque aunque mi boda fuera normal, una más, con tan solo pequeños toques de mis colores, aunque llegáramos a ese «acuerdo», me gustaría saber que ella se casaría conmigo igualmente feliz si tuviera que hacerlo vestida de elfa, princesa de Naboo, Buttercup, Jazmin o lo que fuera, sabiendo que lo único más importante que el evento… sería el «conmigo».
El tiempo dirá si esa mujer existe, o es fantasía, y de qué madera está hecha.
Todos necesitamos sentirnos importantes, y mas aún con esa persona especial.
* Margen de error de ±2.
Sea como sea la boda yo me apunto a la fiesta!! :)
Y estoy con el del Coupe… como explicarlo!! (que conste en acta que antes de que digas nada a MI me encanta tu coche grande!)
Benedetti es el mayor culpable de mis lloros en las bodas de mis amigos (y Silvio Rodriguez también). Aún resuenan ecos de: «si te quiero es porque sos/mi amor mi cómplice y todo/ y en la calle codo a codo/somos mucho más que dos». Yo podría haber dicho muchas de las cosas que escribes, la verdad, pues pienso exactamente lo mismo!. Aunque lo importante de una boda, como bien dices, es la gente que forma parte de ella. Y no creo que nunca sea una boda más, si es la tuya, porque harás alguna locura diferente o dejarás tu sello de alguna forma. Uno es también el reflejo de lo que es en las bodas, estoy absolutamente convencida de ello (y asistencia a muchas bodas en estos últimos años me avalan). :)
Supongo que con los años la percepción de las bodas va cambiando, a mi por lo menos me ha pasado así. Yo a estas alturas de mi vida me quedo con la de Willian Wallace, preciosa y dulce donde las haya (olvidándonos de la dura realidad que estaban viviendo). Aunque, a estas alturas de mi vida, también es verdad que ya no creo mucho en ese amor tan puro y eterno.
No pierdas ese sueño de hacer «tu boda» y seguro que quién te ame participará de esas ideas originales.
Las bodas civiles para mi son maravillosas porque te dejan ser tú mismo y eso es un privilegio. Impregna tus colores, sáltate las normas para seguir las tuyas y siente ese día como tuyo, no el más feliz pero sí uno de los más felices…
Me gusta tu reflexión sobre las parejas, hace unas horas yo hacía una similar… ¿mejor amor que anillo de pedida? ¿mejor ilusión que vestido blanco? ¿mejor brillo en los ojos que brillo en el dedo? ¿Mejor si tu pareja crece contigo cada día y sueña sueños complementarios? ¿No crees?
Besos y abrazos
Si me permites un punto de cinismo, hay tonterías que se hacen en la primera que luego no se repiten en la segunda, te lo digo por experiencia, jajajaja.
Tu pareja será única, y si deciden casarse, podrán hacerlo como los dos decidan – yo estuve a punto de irme a Las Vegas a que me casara El Padrino – pero lo importante será el compromiso entre ustedes dos, que no se consigue con papeles.
Abrazos reincidentes
El otro día estaban emitiendo en Callejeros Viajeros, no recuerdo la ciudad, sé que había una pareja que se casaba en la playa y fue una de, yo también quiero!!!! jajaja aunque claro piensas en los gastos y dices, aflojaaaaaaa!!! jajaja de todas maneras yo cuando me casé, no sé como será mi boda, si que me gustaría algo diferente a lo que hay, no sé, tiempo al tiempo, de momento vivamos el presente :)
un abrazo!!!
Hay gente que se casa porque creen que así no perderán nunca a su pareja; otros, porque desean compartirlo con su gente más querida; también los que quieren pagarse el viaje de la luna de miel; y, por las ventajas fiscales y laborales…
da igual como lo hagas siempre y cuando lo vivas con ilusión cada día d etu vida, sin dejar de alimantar ese amor. Y por supuesto, creando un sueño por ambas partes!