Vetusta Morla en el Teatro Alcalá

Ayer tuve la oportunidad de disfrutar de uno de mis grupos favoritos. Esta vez, cambiamos el escenario de La Riviera, donde hicieron no hace tanto aquellos 5 conciertos seguidos, por uno mucho más íntimo, como fue el Teatro Alcalá.
Comenzaron con varias versiones acústicas de sus temas más conocidos, y uno inédito, y fueron subiendo hasta acabar levantando al público de sus asientos pues una vez entraron las guitarras eléctricas y la percusión… allí no se podía estar sentado.

Pongámosle un «pero»
Cómo no todo iban a ser flores, y debo ser justo… a veces, a nuestros queridos morlos, se les va la cabeza. Esos solos surrealistas con los que cortan sus canciones, son, como poco, desafortunados, y en lugar de brindarte unos momentos de guitarra geniales o una percusión atronadora, hacen extraños desvaríos que no solo le faltan al respecto a la canción, sino que te llevan al magnífico mundo de Dalí que sí… puedes escuchar en ese momento.

Pero pese a sus desvaríos desafortunados, son sensacionales, sus canciones tienen la categoría de himnos y cada vez que los veo me llevo un montón de emociones conmigo. Ayer tuve la suerte de poder hacer tranquilo algunas fotos, sentado en una butaca en cuarta fila.
Seguiré siempre muy unido a Vetusta Morla, en primer lugar por su música, y en segundo… por la Historia Interminable que nos une.
Un abrazo

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