La maldición del camino difícil
Allí estaba de nuevo, ante una encrucijada. Esta vez, la contemplaba sentado en una roca dispuesta a un lado de la calzada como si de una cómoda silla se tratara. Aprovechó para beber un poco de agua de una botella que llevaba en su mochila y encendió un pitillo, girando su cabeza para observar la bifurcación que unos metros mas adelante, se producía en su camino.
Parecía una escena de película, a la izquierda había mucha más luz y los árboles eran más verdes y grandes, mientras que a la derecha, las ramas de los mismos estaban secas y la montaña proyectaba una sombra que le daba un aire siniestro. Algo dentro de él le sugería ese sendero oscuro junto a la montaña, y pensó que su pasión por esos caminos menos plácidos parecía haberse convertido en una maldición. Recordaba otras elecciones en la vida, y cómo en una gran mayoría de esos momentos, su séptimo sentido le había recomendado escoger un camino más solitario y oscuro, inicialmente vacío… el cual era complicado comenzar sin miedo a que la soledad hiciera de su piel cenizas y permitiendo que los males del mundo se atenazaran en su corazón convirtiéndolo en roca helada.
Imagen: «Fiction» by Nucu (as found here)
Sin embargo, el miedo se diluía bajo los recuerdos de los maravillosos destinos a donde esos senderos le habían llevado. El sabía que los caminos fáciles no eran casi nunca los mejores, y su hambre de vida y las ganas de disfrutar y aprender del mundo le hacían escoger los menos transitados, aunque a menudo extrañara la luz fácil de las otras alternativas, pagaba un precio, pero la recompensa era mayor.
Quizás llegaría un día en que escogería siempre caminos verdes, quizás, alguien decidiera acompañarle en su viaje y entonces sus elecciones serían condicionadas por un bienestar diferente al suyo, y ese día, cuando llegara, sabría disfrutar de los apacibles caminos que hay en el mundo, y recordaría con cariño y sin añoranza, los senderos oscuros del alma.
Cuando llegue ese día cambiará feliz sus elecciones, pero mientras tanto… para él, solo hay un camino.
Aquello no era una maldición, sino un curioso regalo del destino.
Se levantó de la piedra y cargó su mochila en la espalda.
Miró ambos caminos y les dedicó una sonrisa traviesa.
Y conservando esa sonrisa, giró a la derecha..
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Me encanta tu relato, pero últimamente estoy bloqueada y no puedo hacer un comentario como me gustaria! Como siempre es un placer leerte!!
Que tengas un fin de semana radiante y lleno de buenas vibras!!
Un abrazo enorme:))
Fantastico, con temazo incluido.
La vida es cuestion de elecciones, más verdes, más oscuras, segun lo que necesitamos en los distintos momentos de la vida. Hay para todo. El caso es Siempre Elegir y llevar las riendas de nuestra vida, siendo conscientes de que en cada momento hemos hecho lo que nos ha dictado el corazón, sea un acierto o un error del que aprender. Valiente. :-)
Me ha encantado!!!, y me sentido muy identificada.
Que bonito sería saber expresar tan bien las emociones como lo has hecho tu.