A la sombra de tres lunas
En un planeta distinto, inmenso, lleno de posibilidades, los seres que lo habitan dedican gran parte de su vida a la contemplación y la reflexión. Con cada travesía, en cada viaje, nuevas geometrías aparecen y colores se descubren, almas incandescentes con intensidades únicas que bailan descalzas en la playa del tiempo, que viajan sin rumbo hasta alcanzar el destino sagrado de una pregunta única y su simple pero poderosa respuesta.
Mientras llovían preguntas y se encharcaba el suelo con dudas, mis ojos proseguían buscando en los de la gente las notas perdidas de una magistral sinfonía, entre pausas y arpegios liberaste con tu sonrisa la única parte cautiva de mi alma errante y perdida, me revelaste un secreto, una esencia, algo tan de todos como solamente nuestro.
Aquella noche la agradable temperatura hacía de velo de un cielo donde tras varios ciclos podíamos por fin disfrutar de la preciosa alineación de nuestras tres lunas, y el pueblo se agolpaba expectante en la playa junto a la cual rompía con fuerza un oleaje frenético y tan alterado por el evento como nosotros. Miraban al cielo y se empapaban con la fabulosa gama cromática que en unión de los astros se formaba, usándola de inspiración y mantel, de confesión y de guía.
Con tu dulce sonrisa pediste permiso para sentarte a mi lado, y respondí de igual modo, sorprendido porque pidieras algo tuyo. Tu mirada hizo agua la escarcha de mi alma, y tu mano acariciando la mía me hizo inmune al frío… para el resto de mi vida. Y nuestras bocas se acariciaron como si fuera algo natural, y nos rodeamos, nos abrazamos, brillamos juntos en armonía con el espectro de colores celeste más amplio que podíamos imaginar.
Y en aquel cielo encontramos aún más preguntas, y del mismo, brotaron ideas que llevaron a encontrar sus respuestas, y nuestras manos entrelazadas, cerraron el círculo. En mi pueblo, cuando llega este momento, al que llaman Destello, pasas a la siguiente etapa de tu camino. Tu cuerpo se deshace y derretido en agua, desciende al mar. Tu alma se condensa en una esfera de niebla del color que mejor sintonice con tu alma. La mía fue de una tonalidad naranja, la suya azul…. y seguimos unas horas fundidos con la noche antes de comenzar el viaje, que habíamos decidido hacer juntos.
Tanto que ver y sentir, que aprender, que vivir…
yo seré viento, y tú, nuestras alas.
Me encanta… nadie usa las palabras «luna» y «alma» tan bien como tú.
Me gusta mucho como escribes y te derramas por aquí.
Me ha parecido precioso, derrochas sensibilidad. Me quedo con una frase: «Tu mirada hizo agua la escarcha de mi alma»…es una cita bellísima, con tu permiso me la apunto.
Un saludo ;)
Estremecedor!! Gracias.
Precioso! y yo me quedo con la última frase: «Tanto que ver y sentir, que aprender, que vivir…
yo seré viento, y tú, nuestras alas.»
Un abrazo!
Hermoso!! No puedo elegir ninguna parte en especial… me gusta
todo! Es un placer leerte :)) Buenisima la imágen!