Por mis venas…
Amanezco un Sábado perezoso, cuando las alarmas se sienten inútiles y tristes y mi oficina de cada día está hueca. Abro los ojos perdido entre ambos mundos en la inmensidad de mi nórdico. Empiezo a encontrarme mientras con mis pies rebusco el rincón fresco de la cama y me deleito con esa brisa hecha jirón de sábana, bailo con ellos suavemente deslizándome entre los rincones cálidos y los fríos, exprimiendo los contrastes… el frío comienza a recordarme al mundo sin ti, y me escondo en la calidez que dejé atrás. Cierro los ojos y te siento dentro de mi, con tu sonrisa dulce, una receta magistral dónde la sensualidad, la inocencia y tu coquetería dan con el sabor perfecto, el mismo que nace en tus labios, de los que bebo el agua por la que cruzaría cualquier desierto. Recuerdo tu mirada, ese brillo de tu esencia donde concentras dulzura y nobleza, hambre de vida y lecciones aprendidas, miedo a lo desconocido y ganas de luchar por tus sueños.
Te imagino a mi lado, plantándole cara conmigo al frío, haciendo de ese hueco bajo las mantas nuestro particular y privado rincón del paraíso. Te miro y me sonríes, y soy capaz de ver en la oscuridad. Te devuelvo la sonrisa y te beso, diluyéndome en un sueño, haciendo lo posible para contener unas sinceras carcajadas de gozo, nos besamos como si quisiéramos aprender a hacerlo, por mucha que sea la práctica, cada beso un primer beso, eso aprendimos tú y yo juntos. Me deslizo entre besos por tu cuello, y mis manos en tus brazos notan la rebelión en tu piel, erizándose al paso de mis labios, y sin despegarlos sonrío perverso, me encanta hacerte sufrir tanto como a ti. Sigo por tus hombros, comienzo a girar todo mi cuerpo y desciendo por el lateral del tuyo para compensar con besos los celos de los torbellinos de pasión derramados en tu espalda y tus pechos. Cuando llego al lateral de tu dulce trasero beso aún con más fuerza, como marcando mi territorio, haciéndolo aún más mío. Y comienzo el descenso por tu pierna, mientras las mías salen del nórdico, hago recorridos amplios con mi lengua, impregnándome de ti, sintiéndote como me inundas cada poro, cómo me envuelves, me rodeas, me llenas… apoyo mi frente en mi tobillo y sonrío dedicándome ese instante perfecto, incorporo mi cabeza y fundo mis labios con uno de tus pies, esos mismos pies, con los que caminas por mis venas…
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«Todo lo que una persona puede imaginar, otros pueden hacerlo realidad»
julio Verne
«Todo lo que una persona puede imaginar, otros, además de tú mismo, pueden hacerlo realidad» Ciudad de París
Ponte a ello ;-)
Besos
Pd.- muy elástico el chico: «…apoyo mi frente en mi tobillo…» jeje
jajajaja bonitas ambas citas, la del viajero del tiempo y tu remake.
También he añadido un par de correcciones al texto para que quede claro que mientras el chico desciende por el lateral del cuerpo de la chica, se va girando… de no ser así ¡Descubriría quienes son los amantes! El hombre elástico y la mujer invisible, de los 4 fantásticos!
jajajajaja si yo algún día espero volver a vivir este tipo de sensaciones… pero mientras tanto, he renunciado a los «huecos», esperando los momentos completos :)
Gracias París, y aquí abajo, mi querida Tegala, gracias también por tu cariño, un abrazo enorme y fresco desde una capital dónde sí usamos bufanda :)
«…cada beso un primer beso» Es muy bonito KATREyuk.
Ya lo he dicho antes: eres pura sensibilidad. Y esta vez, la sensibilidad va de la mano de la sensualidad.
Un abrazo.
Por favor, sé bueno y facilita la dirección de la tienda donde podemos conseguir ese edredón tan mágico :)