Un anochecer distinto (II)
Siempre me enfrento cómo mejor puedo a los silencios, incluso he de reconocer que a menudo soy yo quien los hace incómodos, no me gusta ser aburrido y tiendo a rellenarlo con palabras que nacen de un punto medio entre el corazón y la cabeza, por lo que no siempre tienen sentido. Allí estaba aquella extraña sentada junto a mi, y su cara transmitía confianza, paz, calma. Mirándola imaginaba su vida, las circunstancias que la moldearon como persona, las heridas que le dejaron cicatriz y las que todavía permanecían, los pensamientos alegres, las nostalgias aderezadas con vinagre de módena, las gominolas que le ayudaron a sobrellevar sus momentos más difíciles, las canciones tatuadas en su espalda con fuego y que acariciaron su alma hacía años o ayer mismo…
De nuevo me miró sonriente, abrió la boca como cogiendo aire para hablar, lo pensó mejor, aunque segundos más tarde lo dijo de todos modos consciente de que las palabras, como la vida, deben fluir. Entonces me preguntó:
– ¿Cómo va tu colección de desastres sentimentales?
– No me quejo – contesté – Tan solo me faltan un par de cromos para completar el álbum
De nuevo esa magnífica sonrisa y ese brillo en sus ojos. Con la pausa, el silencio, y la humanidad colándose entre mis poros, yo había recuperado de nuevo ese metafórico primer nivel de mi castillo, estaba fuerte otra vez pese a aquel maravilloso espectáculo que tenía frente a mi, y por otro lado, el amanecer también estaba siendo bonito.
– ¿Qué cromos te faltan? – me dijo
– Pues ese tan difícil de encontrar, el Audi R8 Spyder alias «La mujer de mi vida» y la Volkswagen Bully alias «Sexo en grupo bajo los efectos de sustancias alucinógenas» – contesté, completando el símil con mi álbum de cromos más legendario, uno de coches de Panini que hice de pequeño
Tras reirse melodiósamente dijo – Qué chula era esa furgoneta, es la de los hippies ¿no?
– ¡Esa misma! Legendaria e histórica, y que además, salía en un capítulo de Futurama
– Siiiiiii, lo recuerdo, el de Beck y el amigo roto de Bender
Creo que me quedé con la boca abierta, lo que me faltaba, ese comentario de Julia había sido de los que dolían… ¡Le gustaba Futurama! Pufff!!! Entre sus sonrisas y aquello, en mi cabeza maltrecha y fantasiosa sentía como los orcos avanzaban a miles dentro del castillo de nuevo ¡Gandaaaaaaalfffff! ¡Gaaaaandalfffff! Por la gloria de Sauron, acude a mi.
– ¿Cuales son los cromos más importantes de tu álbum? – preguntó para devolverme al mundo real
Me tomé unos segundos para pensar, recordar, y contesté – Pues por un lado «la doctora que no me amó», luego «la elfa que no supe querer», «el hada cuyos polvos mágicos me daban alergia» y «la dulce niña que no quiso quererme» ¿Y tus cromos?
Tras la pertinente sonrisa, y unos segundos para reflexionar, Julia contestó: – Yo «El motorista fantasma», «el príncipe sin sal que del que no pude enamorarme» y «el James Bond para el que mi mundo no era suficiente»
Me reí con sus referencias al cine, daba gusto hablar con esta chica, era todo tan natural.
– Y qué te gustaría encontrar ¿Cuales son tus sueños? – le pregunté
– Pues un amor que dure siempre, que nunca se quede sin gasolina, y ver con él medio mundo.
– mmmm ironía deliciosa, eso es de los Amantes del Círculo Polar – añadí sonriendo
– ¿Y eso? ¿A qué se debe que sea una ironía?
– Conocí a alguien a quien le encantaba esa película… uno de mis cromos
Sonrió avergonzada – ¿Cual es tu película favorita? – preguntó dándole un giro al tema
– Me sería imposible elegir una, pero dado que hablamos de amor, sin duda «Algo para recordar»
– No la he visto ¿de qué va?
– El mejor Hanks y la Meg Ryan que enamoró al mundo cuentan una historia de amor. Él ha perdido a su mujer y vive con su hijo, que se esmera en buscarle novia. Una noche llama a la radio el niño y el padre le coge el teléfono. La doctora del consultorio habla con él, y dice cosas tan naturales como maravillosas, y millones de mujeres se «enamoran» de él… entre ellas, una especial… Annie
– ¿Y qué pasa? – preguntó intrigada
– mmmm no te voy a estropear la película, ya la verás… te encantará
– ¿La vemos juntos?
Tragué saliva, me quedé sin habla, de repente venía a mi mente la imagen de los supervivientes de mi particular Tierra Media refugiándose del asedio en la torre mientras un enano gruñón tocaba un trombón gigante en busca de auxilio. Mi corazón había perdido su compás y sonaba como los timbales que inician una bachata. ¿Qué podía yo decirle? Ella me miraba con gesto dulce, y sus ojos azules buscaban una respuesta en concreto, la deseaban, y mi parte complaciente quería regalársela, pero hacía tiempo que me debía más a mi que a los demás, y yo, por mi mismo, tenía clara cual sería la respuesta.
En éste capítulo, surge a través de la charla, la afinidad de los protagonistas.. Aceptará Kike la invitación de Julia de ver juntos la romántica película ? Cómo será el final ? Serán almas gemelas? Terminarán casándose? O seguirá cada uno su destino…?
Esperaremos ansiosos el final..:)))
Un abrazo :)*
P:D.En mi país se llamá «Sintonía de amor» y me encantó !