Todos los caminos llevan aroma

La sencilla frase que pone título a este post tiene la virtud de recordarme a dos de los cinco dedos de mi mano derecha, dos de las personas que más quiero. Por un lado, mi querida Brumita, en cuya bitácora la «escuché» por primera vez, y por otro lado, mi querido Neo, que le da una interpretación completamente diferente a la frase, haciéndola además de profunda, divertida.

Y es cierto, todos los caminos llevan aroma, a menudo nos cuesta distinguirlo entre tantos olores del día a día, pero así es. Esta noche mi camino me llevaba de vuelta a casa tras unos días muy bien aprovechados en mi tierra. Pocas veces he podido cumplir con mis expectativas y mejorarlas… ha habido familias, promesas cumplidas, paseos con cámara, otros con compañía, buenas conversaciones telefónicas… no hubo playa, cierto, subestimé el clima de mi querida tierra, pero un día de sol en Mera no tiene precio. Galicia me ha dado fuerzas, me ha permitido comenzar mis vacaciones, y me ha regalado alguna que otra sorpresa.

Por otro lado tengo que mejorar los temarios de mi Curso CCC de Optimismo (Coming soon): puedo animar y hacer sonreir a un corazón marchito pero me siguen faltando recursos para completar el cambio y pasarlo del reverso tenebroso de la fuerza al lado Jedi, pero sigo practicando y no desisto. Al fin y al cabo, las ganas de vivir y el optimismo como actitud de vida no son fáciles de adquirir, y a veces hay que encontrar el catalizador que complete ese cambio, y en ello ando… buscando ese algo que convierta el polvo en oro, la mala energía en esperanza.

^.^ Bueno, creo que de nuevo empiezo a desvariar, ya seguiré otro día…
De nuevo estoy en casa, un breve reposo…