Carta para Kosh
Hola arquitecto de destinos, hace ya mucho tiempo que no nos sentamos a hablar, y aunque a veces te escucho, entre guiños, necesitaba hablarte, hablarme, para repasar en alto, para recordar mañana, para anotar un sueño real que trazaste para mi y me permitió deslizar los dedos de mis pies entre la arena de un mar que añoro, no por distancia, sino porque entre lecciones, no me está permitido mojarme los pies.
Hay algunas de tus criaturas todavía por aquí, ellos conocen tu plan, y son determinantes a la hora de llevarlo a cabo. Unas veces hacen de semáforo, otras, de timones, algunas, de insignificante apariencia, ponen zancadillas, soplan velas, y cambian vidas. He de reconocer mi hastío, mi desánimo, mi debilidad… no fue fácil tu última prueba, demostrado quedó mi error hace unas semanas, y en algún momento te daré las gracias, cuando sea tan sincero como nuestra amistad.
Era necesario apagar la vela que me regalaste, mostrarme que la luz no es perenne y que la vital debe brotar de ti tanto en tinieblas como en días de sol, lo sé, era necesario, como un jarrón roto que pegas con cola y que acaba peor aún cuando vuelve a caerse, aunque cierto es, la experiencia acelera notablemente el tiempo en recomponerlo, y siempre puedes optar por darle una capa de masilla por fuera, para repintarlo y hacerlo como realmente eres.
Y sabía que tarde o temprano aparecería un resquicio de luz, mientras yo daba aire a mi tenue llama. No es fácil maestro ¿sabes? Primero me haces corazón complaciente, luego me impones en silencio unas directrices obvias aunque invisibles hasta entonces para mi, y aunque las siento correctas no deja de parecerme cruel. Pero lo sé, hay que cerrar ciclos, aferrar pequeños pedazos de realidad que fundir en la sopa de la calma para convertir en puntos de experiencia para el alma de elfo del World of Warcraft ¿de qué nivel? En eso ando algo perdido… Y no protesto amigo, supongo sonríes ante mis lamentos, pero mi piel marchita necesita arder ya, mis plumas parecen árboles de invierno y sólo la nieve sostiene el vuelo que pretendes haga sin alas, permíteme arder… o creer que lo harás, para darme fuerzas para concluir la lección.
Ayer vi uno de tus gnomos en el metro, me observaba, pero tenía el periódico al revés y no tardé en darme cuenta de que tenía los pies verdes y un curioso parecido con el monstruo del Lago Ness, allí estaba camuflado para trazar tus planes. Un consejo, ¡Mejórales los disfraces! A ver… que me desvío, como es habitual. Me das claridad, yo veo, dejas predicciones inacabadas a propósito para que me rompa la cabeza, lo consigues, cierto, el baile sigue, y los actores entran y salen a lo Woody Allen, en fin… para que me lamento, si nada tendrá sentido hasta que lo tenga ¿No? Pues nada, pequeño saltamontes seré que se esconde en ambas manos… y en ninguna.
Por cierto, ya entendí tu último dibujo, aquellas dos siluetas simétricas con forma de nautilus sobre una constelación que me pone signo, ya tenía dos pistas, y ahora al menos sé algo, has reducido mis opciones un 91,6%, pero sigue habiendo millones.Por cierto, gracias por la brisa fresca que pusiste en mi vida para escribirte esta carta… no he ardido, pero quizás me haya brindado las semillas para hacerlo, por Crom, qué ganas de prenderme, y qué poca gracia me hace a veces no poder buscar cerillas porque me las vayas escondiendo.
Bueno… un abrazo, ya nos sentimos ¿Vale?
Hasta ahora
Este…. es totalmente una conversación con quien tienes complicidades. :) Os faltaba la cervecita a Kosh y a ti…. Me ha recordado a Rey Sol de Vetusta en algun momento, supongo q intencionadamente. Arderás, amigo, cuando menos te lo esperes….
Me encantó este post !! Lo lei varias veces desde que lo publicaste…super creativo..no sé a quien lo dedicaste y con quien tienes complicidades…pero seguramente entendió tu mensaje…:)*