Círculos cerrándose en mi mano
El otro día, el azar quiso que un día de luz y nieve se viera alterado por una de esas coincidencias que no son tales. Era una nueva lección que algo o alguien había sabido preparar con tiempo, y como suele ser habitual, se desencadenó cuando yo menos lo esperaba.
Ordenando y arreglando un poco mi Flickr, la web me llevó a una ficha de contacto que no había visto antes, y en ella había diferentes fotos de quien antaño compartía mi vida. La sorpresa fue tan extraña como inesperada, nunca le había puesto cara a él e incluso he de reconocer que no descartaba que algún conocido fuera el elegido, pero ahí estaban juntos, y contentos. Luego, siguió la ruleta y en otra de esas fichas, de nombre extraño, apareció alguien que ha cambiado de nombre, feliz y tan partícipe de todo en la distancia como siempre, esta vez sí hice un click voluntario y no fuéron cosas del destino, y vi lo mismo… felicidad compartida y plena.
Me paré a observar mis sentimientos, y muy sorprendido, me di cuenta de que no me sentía mal, sino todo lo contrario, contento por alguien, y su entorno, que merecen cosas buenas de verdad. No había preguntas, ni respuestas, ni angustias ni celos, ni por supuesto interés por meterme en una vida que ya no es la mía, tan solo una sonrisa que a la vez se alegraba honestamente por quien merece la felicidad hallada y por la grata sorpresa de mis sentimientos al respecto.
En aquel momento… un círculo rojo cerraba su camino en mi mano.
«Una nueva lección«, murmuraba instantes después alguien tan lejano como cercano, y seguramente, comenzaba a disponer los preparativos de las siguientes. Así es mi vida, una lección tras otra, cuando me acomodo o la vanidad se hace un hueco, aparece la oportuna bofetada. Pero la lección de hoy no ha sido de esas, ha sido de las de ánimo, de las que te demuestran que lo que haces a diario sirve para algo, de las que te permiten medir los pasos dados y te dan fuerzas para los que te quedan, las que, aún recordándote que quizás nunca llegues a la cima, te enseñan cuanto has caminado y que mirando atrás, te resulta imposible ver dónde se inició tu camino.
Y hoy, como ayer, haré lo propio… seguir caminando, con una gran sonrisa.
Post programado el 7 de Enero de 2010
La foto es preciosa… y es bonito darme cuenta, a través de tus ojos, que no solo aprendemos a base de bofetadas..
Me gusta el camino que estás trazando..