In da Westin Palace

Estos días me ha tocado un «apasionante» evento en el centro de Madrid, lo que me ha permitido conocer uno de los grandes hoteles en los que aún mi empresa no había montado ningún sarao. La verdad es que el rinconcito no está mal, lujoso… antiguo… me hace gracia eso que pone en la puerta de «Este edificop fue proyecta, construido y decorado en 1911 en tan solo 15 meses.»
El hecho es que los hoteles cansan, puedes intentar rellenar el hueco con buena comida (pero no comparable a un guisito de pollo con almendras), tienes WiFi (carísimo y encima no verían bien que me pusiera con el Rapidshare…), y la cama es cómoda pero no es la tuya y así podría seguir un buen rato.
Me ha llamado la atención este hotel a nivel de recepción, no tan rápida como en otros, pero sumamente documentada y experta, muy cuidadosos todos y amables… pero con naturalidad, es impresionante verles despedir y tratar a los clientes y el modo que tienen de conocer sus preferencias: «Dale saludos a Aina pero dile que la próxima vez no me traiga nada o no la dejo pasar al Palace.«, incluso a una mujer que entraba con un niño le decían «Pero cuanto has crecido.«, que me genera la sensación de que tienen muchísimos clientes habituales y me recuerda, en cierto modo, al hotel de Pretty Woman.
No es sencillo bromear con este tipo de clientes y hacerlo con acierto. La habitación más barata son 500 €, aunque la tarifa que ha negociado mi empresa ronda la mitad. A mediodía me pedí un sandwich club, de esos que hay en Vips y 1000 restaurantes más, eso sí, nunca había «pagado» 27 € por uno, que por cierto, ese precio es lo que cuesta aquí un desayuno de buffet, vaya mundillo.
El día que estos hoteles triunfarán ampliamente será el que le den una buena vuelta a todo esto… una consola en la habitación con unas cuantas docenas de juegos precargados, snacks gratuitos o fruta fresca… los detalles son muy importantes en este tipo de establecimientos.
Pero bueno… si me pongo pijo e imbécil os diré que me gusta más que el Ritz pero muchísimo menos que el Puerta de América, y aunque muy por detrás de este último, me gusta más que el Villamagna o el Miguel Angel, y algún otro de cuyo nombre… no puedo acordarme.
Veré qué tal se me dan estos días, a ver si puedo darle un estirón a algún proyecto que tengo parado… suerte que mi chiquitín está lleno de vida y de películas, y tengo WiFi por cortesía de la empresa, así no me aburriré esta noche, mañana llega una invitada y podré ver Madrid, por una noche, como un turista.
Un abrazo