Hombre de traje gris
«Soy del color de tu porvenir,
me dijo el hombre del traje gris,
¡No eres mi tipo! le contesté,
y aquella tarde aprendí a correr…»
«Sabina ‘Nacidos para perder‘ (1988)
De qué color será mi porvenir, curiosa pregunta… a veces vemos tan claros nuestros pasos, y otras la niebla no nos deja ni vernos nuestros pies. El tener algún problema en el trabajo me ha hecho valorar de nuevo lo inestable que es todo, ese fatídico segundo que puede cambiar tu vida tanto para bien como para mal, alterándola completamente. Lo frágil y lo fugaz del momento, el asedio de la casualidad, la huida del gris y del tedio, lo importante de exprimir un sentimiento, sin mirar atrás, mirando de reojo al futuro, y con el corazón en el presente.
«… ten cuidado al despeinarme,
no vayas a estropearme, mi peinado…
… paso de la falsa belleza igual que el sabio,
que no cambia a París por su aldea…»
«Sabina ‘Besos en la Frente‘ (1988)
Yo tampoco cambiaría París por mi Oleiros, el mejor pueblo del mundo, donde crecer era fácil y bonito, donde había mil historias en sus calles y un olor a mar perfumando nuestro destino, donde aprendíamos a ser personas rodeados de un entorno privilegiado para ello. Siempre llevaré ese ayuntamiento coruñés en mi corazón, desde el faro de Mera hasta los pubs de Sada (otro ayuntamiento vecino), desde mi bastiagueiro hasta el castillo de Santa Cruz.
No hablaré de peinados…
«Viajero que regresas a esa ciudad del Norte
donde una dulce nieve empapa la razón,
donde llegan los barcos cargados de preguntas
a muelles laboriosos como mi corazón
háblale de mi vida, las autopistas negras
que atraviesan volando mi terca soledad,
esa gente que pasa por la calle, llevando
mi pensamiento al otro lado de la ciudad….»
«Sabina ‘Cuando aprieta el frío‘ (1988)
Mi pensamiento, ese que ya no necesita gritar como antes, que sabe ahogar sus sollozos y buscar las flores bajo la nieve, que mantiene unido un corazón dividido entre tres tierras, seres queridos lejanos, indefiniciones, miedos, intuiciones, incomprensiones… Preguntas que brotan a borbotones, como las hojas del otoño recorriendo las calles de Madrid en una ráfaga de viento, este hombre del traje gris tan solo coge las que le interesa contestar, no es aquel que se rompía la cabeza contra cualquier muro, y aquellos que se empeñen en ello no conseguirán que lo siga haciendo.
Aún queda mucho por lo que luchar, sus ojos me dan fuerzas, es hora de sacar de dentro muchas de las cosas que tengo, y aunque exhausto, transformarlas en algo positivo, en un cambio hacia algo mucho mejor, y aunque me quite una losa y me caigan tres mas… no siempre llueve eternamente, y con el amanecer todo parecerá más liviano…
«…al pisar, la estación
le abrí la jaura a mi corazón…»
«Sabina ‘Nacidos para perder‘ (1988)
El momento en q he leido este post no ha podido ser mas certero y hacer q me identifique profundamente contigo.
No más decirte q testoy contigo. : )
Besos en la frente.