Preguntas sin respuesta presente

Hoy he hablado con dos personas y reflexionado sobre otra, todos amigos y/o conocidos a los que aprecio. El primer caso, llamémosle al sujeto Bernardo, tiene la tradición de realizar viajes a lugares recónditos y exóticos en busca de sexo con mujeres con cuerpos espectaculares, sólo busca eso, gastándose mucho dinero pero sin pagar por ello, y a veces le cuesta más esfuerzo del normal. Hoy me decía: «Tendré que volver de visita para poder tirármela, vale la pena después del fin de semana que he pasado… ¡Qué cuerpo!«; pese a considerarlo buena persona, ese planteamiento dista bastante de mi modo de ver la vida, supongo que lo entiendo… aunque no lo comparta (intento entenderlo todo). Le reprocho que sus víctimas desconocen ese sentimiento, y puede despertar en ellas falsas esperanzas a nivel sentimental o a nivel económico al soñar al lado de él con una vida mejor a la que tienen, en cualquier caso su actitud puede producir mucho daño a chicas que no creo que lo merezcan. Me pregunto si con dinero y el paso de los años yo podría acabar siendo así, si realmente una persona puede encajar mal un desengaño o un golpe de los que da la vida y vivir de ese modo, aunque creo que no me preocupa porque la vida me ha enseñado que el sexo está muy bien… pero no es comparable a su combinación con amor.

Otro conocido mío, llamémosle, por eso de ir siempre de lado, Crustáceo, ha tenido la fortuna de encontrar la perfección en cuerpo y alma de mujer, porqué resulta gratificante mirar una cara tan linda como la que mas en un cuerpo delicado y hermoso, y poder disfrutar de una gran conversación como con el mejor de tus amigos, ambas cosas unidas… son una excepcional maravilla. Pues encontrando esto no ha sido suficiente para satisfacerle y ha puesto su vista en otros parajes, con el evidente dolor de la musa abandonada y ante la sorpresa de gente como yo. Entender quizás puedo, compartir, de nuevo «No», me aterra pensar que si en algún momento se pone frente a mi algo así, y ambos nos enamoramos, pueda cometer ese mismo error… algo me dice que la vida te brinda perspectiva, pero no puedo evitar este temor, dado que me considero más parecido a Crustáceo que a Bernardo, aunque quizás menos de lo que creo.

Por otro lado está una chica, llamémosla Lucrecia, feliz con una vida que no rebosa color en sus palabras, cuya felicidad reside en algo ajeno a su pareja, a modo de despiste quizás, o solamente como un complemento, pero no la veo llena, ni «completa»… lo que me preocupa dado el cariño que le tengo. Tengo una sensación aderezada con presentimiento de que no es plenamente feliz, algo me dice que vive un amor conformista y gris, algo que no está hecho para una persona llena de vida y color. Esto me hace preguntarme si algún día, cansado de esperar sin encontrar, aceptaré el gris como paleta de mi vida y renunciaré al color de un amor que pinta días como cuadros de primavera cada día del año.

Preguntas todas sin respuesta en mi actual presente, cuestiones que contestará ese futuro que pomposo y orgulloso se muestra como un enorme y sonriente interrogante. ¿Realmente estas vidas ajenas nos muestran y previenen de como deberemos llevar la nuestra o acaso sólo nos hacen ver en pupilas de otros los sentimientos que mañana serán nuestros?

Quizás algún «mañana» tengan una respuesta….