El rencor que te retuerce
He de confesar que estas últimas semanas he pasado más veces de las que me gustaría por sitios que no debería transitar, sitios oscuros y vacíos, pozos para un alma que sigue caminando sabiendo que siempre hay salidas. El rencor hacia mi última pareja es difícil de gestionar, su comportamiento y sus acciones pueden ser comprensibles bajo su punto de vista, pero bajo cualquier otro… es tan duro ver a alguien que quieres escoger quedarse con un maltratador por miedo a estar sola, que me aterra que algún día protagonice alguno de esos lamentables titulares y yo ni me entere, el trato cordial nos está prohibido también por una persona que como los partidos políticos, promete mucho pero no puede esconder su verdadera y cruel cara. Pero bueno, siendo justos, mucha gente sufrió lo suyo cuando yo estaba con ella por eso mismo.
El amor, el rencor y el odio bailan un tango peligroso… supongo que solo el tiempo puede hacer olvidar esa amargura de haberte sentido engañado y utilizado, pero intento disculparme diciéndome que todo es muy reciente, hace poco más de una semana que ella se casó con él, con el loco malo, y no hace más de cinco o seis meses que ella forzó nuestra ruptura, supongo que influenciada por el lavado de cerebro de este sujeto que no tenía otra cosa qué hacer que irla desgastando hasta convencerla de que su locura y sus actos habían sido fruto de los celos. Cada uno hace sus elecciones y hay qué aceptar las de la gente que queremos, por duras que sean.
Debo perdonarme por las cosas que hice mal y al mismo tiempo ser justo y no olvidar que éramos agua y aceite, yo intenté mezclarnos muchas veces pero ella solo quería que yo me convirtiera en aceite, y que lo hiciera en unos plazos muy limitados, sin valorar mis gestos ni mis esfuerzos, yo me adaptaba a un mundo del que ella no quería cambiar casi nada… y hay que ser, ante todo, uno mismo. Si algo me encantaba de ella era su forma de luchar por todo, impaciente e inagotable, pero se obsesionó con una idea, y dejó de pensar en nosotros y cuidar la pareja, ya solo le obsesionaba un contrato imaginario, olvidando algo que teníamos ante nosotros y que yo creía real.
Al final había tanto miedo, ruido y desasosiego, que nos consumió sin remedio.
Ojalá mi intuición sea errónea, él sea lo que promete, y sobre todo, ella encuentre la calma que merece.
Algún día la vida te recompensará amigo!estamos hechos de experiencias y seguró que dentro de algún día, sacarás el lado bueno de las cosas. Un abrazo enorme.