El tiempo deshace velos

Si quieres confirmar hasta que punto aciertan o no las intuiciones, tan solo debes sentarte, y esperar a ver como la vida te confirma esas sensaciones tan difíciles de comprender y explicar. Si presientes que acabas de conocer un zorro y decides ignorar esa sensación, para no juzgar injustamente pues te han dicho no es sano, y un día lo dejas pasar a un gallinero y entonces ves más claro que nunca que efectivamente, era un zorro, la culpa no es de él, es tuya.
Nunca dejará de sorprenderme ese instante en que se revela algo que ya sabías, algo que intuías, pero pese a ello… habías decidido ignorar, bien por interés propio, o para disfrutar sencillamente en presente y no temer un futuro que hasta que no llegue no existe, o bien porque las ganas de vivir cosas a veces parecen incompatibles con lo increíblemente difícil que es encontrar los tesoros de esta vida: amigos, momentos, caricias, abrazos, viajes, sonrisas… encuentros.
Y ese momento, cuando observas a alguien y descubres cómo se cae su máscara, es para mi motivo de celebración, os lo habré dicho alguna que otra vez. Debes celebrar que ya no vives engañado, que has visitado la cara oscura de la Luna, has sobrevivido, y has vuelto… más sabio. Y que aunque esa persona no lo sepa nunca, aunque sigas comportándote como si nada, o aunque decidas cambiar cómo te comportarás con él, algo ha cambiado radicalmente: tu sabes cual es su verdadero rostro.

Image from Stockvault. Called «White Mask», from Fabio Grande (thanks)