Limpieza de contactos…

Una vez al año me pongo a mirar mis contactos del móvil… a través de su aplicación en Gmail, y hago limpieza. No es nada fácil, pero como si se tratara de una sesión de depilación, intento ser expeditivo, pienso «esto pasará», y soy duro, no me columpio en una nostalgia que en momentos así puede hacerse tu dueña.
La amiga a la que apreciaste mucho pero con la que llevas mil años sin hablar ¿Qué sentido tener todo eso ahí para nada?… borrado, la chica con la que te hiciste ilusiones hace un par de años pero quedó en nada, borrado… el chico con el que compartías conciertos de Zahara… bueno, ese lo dejo, es un cachondo mental. La mujer que te enseñó tanto sobre actitud vital y a la que quizás le debes una llamada para tomar algo… esa también la dejo. La antigua compañera de trabajo a la que una vez ayudaste con sus maletas desde el aeropuerto, y cuyo último contacto fue un concierto para el que iba a comprar entradas y ni se molestó en decirte nada… a esa, la borraría cinco veces. La dama de alta cuna cuya ausencia de señorío demostró enfadándose contigo como desahogo hacia la falta de comparecencia de sus amigos al pedirles para un ejercicio de su psicólogo una lista de defectos y virtudes… esa, aunque duela, he de borrarla, no debería ser yo el que se disculpara y pidiera continuar una amistad. La chica que vino y se fue, y que ahora ha creído que tener un hijo con su profe de la Universidad la hace mujer, y que pagará ese error con su juventud tirada por el retrete… también borrada.
Aprovecho de paso, para añadir cuanta más información mejor, de todos aquellos que se han ganado un hueco en mi vida este año, siempre se sustituyen unos por otros, más o menos, nunca más de 80 contactos en el móvil.

Meto en una carpeta capturas de todos los contactos borrados, siempre guardo una copia. De 34 borrados en un año y medio, solo 3 han vuelto a dar señales de vida, han querido permanecer en mi vida, sabiendo lo malo y lo bueno y lo malo que eso conlleva. No soy de las personas que llaman todos los años para ver cómo están todos sus amigos, ni estoy pendiente de los estados de Facebook para saber qué grandes cambios se merecen un «Me gusta». Tampoco mando postales de navidad, hace unos años lo hice alguna vez, incluso un año compré 10 ejemplares de mi libro favorito para mis contactos selectos ¿Cuantos de ellos seguirán en mi vida ahora? No los recuerdo a todos, pero seguro de 7 a 8 como poco, los elegí bien. No hay garantías, pese al esfuerzo puesto en ello, de que no me olvide de un cumpleaños.
Eso sí, tengo corazón, venéreo, y sé escuchar, y dicen que doy grandes consejos, y me esfuerzo en acudir cuando alguien me necesita de verdad.
Quiero creer que mejoro la vida de quienes me rodean, pero para que sea así, no puedo rodearte de mucha gente, selección natural.
Mejor pocos y buenos, que muchos y huecos, eso siempre lo he tenido claro, y no me ha importado pagar el precio.
¿Qué contactos añadiré (y mantendré) en mi móvil el año que viene?
Esa… es una gran pregunta