Musa pérfida

Musa que incomodas mi sueño,
que me revuelves en el sofá, que me envuelves con velos.
Que me niegas tus besos, que ahogas mis recuerdos,
que sonríes pícara mientras te dejas ver en cueros.
Que me propones jugar a tu juego,
que cuando acepto, me quitas el tablero.
Me escondes tus labios, entonces desfallezco,
más tarde los necesito, los añoro, los sueño,
los sobrevivo, los olvido, y te hiero.

Reina de falsas promesas, de ironías, de deseos.
De cartas en la manga, de diversión o de tedio,
siempre sirviendo con gusto lo contrario a lo que quiero.
Alma medio caritativa, siniestra, lasciva y egoísta,
que lo das todo, solo cuando el alma está agotada,
ni a falta de una gota te apiadas, del vaso de la vida te fraguas.
Cuando consigues la rendición se obtiene tu favor y tu mano,
tu pañuelo y el final de mi calvario.

Musa que me tocas y me encuentro,
que me besas y me pierdo,
que en tus ojos me centro,
y si te vas,
me muero.