Siete crisantemos como pensamientos

Si alguna vez he dado más de lo que tengo
me han dado algunas veces más de lo que doy,
se me ha olvidado ya el lugar de donde vengo
y puede que no exista el sitio adonde voy.

¿Cuantas veces habremos dado más de lo que tenemos? Hay gente a la que eso no le pasa… pero sinceramente, y con mucho orgullo, no creo que haya muchos entre los lectores de mi blog… El lugar del que venimos, al que vamos, somos destino y origen, el Universo puesto de manifiesto buscando su propia respuesta.

A las buenas costumbres nunca me he acostumbrado,
del calor de la lumbre del hogar me aburrí,
también en el infierno llueve sobro mojado,
lo sé porque he pasado más de una noche allí.

No, del hogar el difícil aburrirse, al menos para mi… las buenas costumbres las he aprendido con el tiempo. Más de una noche… y más de dos, y más de tres… por eso sé que no quiero volver.

En busca de las siete llaves del misterio,
siete versos tristes en una canción,
siete crisantemos en el cementerio,
siete negros signos de interrogación.

Siete llaves del misterio… y toda una vida para desvelar alguna de ellas. Como decía el otro día un twit mio: «La felicidad está en la ignorancia… pero el conocimiento aporta muchas más cosas»

En tiempos tan oscuros nacen falsos profetas
y mucha golondrinas huyen de la ciudad,
el asesino sabe más de amor que el poeta
y el cielo cada vez está más lejos del mar.

¿Cuántos falsos profetas? Cuantas capas de pintura para ocultar lo que somos y gente hueca amante tan solo de belleza y dinero. Dan ganas de buscar una cabaña en la montaña y alejarse de todo esto. Esta estrofa es de mis favoritas de todo Sabina… qué lejos queda el mar, cuánto hemos olvidado del amor.

Lo bueno de los años es curan heridas,
lo malo de los besos es que crean adición;
ayer quiso matarme la mujer de mi vida,
apretaba el gatillo… cuando se despertó.

Heridas que sólo cura el tiempo, aunque en mi caso parezcan todas tan cerradas, quizás nada escuece más que la cruda realidad de un mundo que se apaga porque pocos echan leña al fuego que es de todos.

Me enamoro de todo, me conformo con nada;
un aroma, un abrazo, un pedazo de pan
y lo que buenamente me den por la Balada
de la Vida Privada… de Fulano de Tal.

Qué bonita es esa capacidad de enamorarte de los pequeños momentos, de exprimir los detalles, de vivir el mundo como quieres y no como pretenden que lo veas, dibujando tu realidad con una sonrisa y un puñado de plastidecores.

«Lo esencial es invisible a los ojos» – dijo el zorro
Y yo añadiría: «a esos con los que miras».

Ánimo con la semana

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4 Respuestas

  1. Bruma dice:

    Me quedo con el final, con el zorro, con los ojos del corazón, con el renacimiento, con lo bonito del mundo… y los plastidecores….
    Un abrazo de color en un dia gris.

  2. una princesa dice:

    Gracias por los versos! muaaaaaaaaaa

  3. Tegala dice:

    Sabina y El Principito… muy sabios!
    Yo también me quedo con los ojos del corazón, con la belleza que emana de una mirada, de una caricia, de las ganas de conocer y enamorarse cada día…
    Un abrazo.

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