Casualidad o Causalidad, E.T. está triste

Esa es una de las preguntas que más han gustado a mi padre a lo largo de su vida. Estos últimos días me han pasado por la cabeza estas palabras, pues algunas veces las cosas suceden de modos curiosos, alejados de toda lógica, y lo que es más importante, con una probabilidad menor a que te toque la lotería.

Este pasado fin de semana fallecía Andrés Montes, y me estaría engañando si dijera que no me ha tocado seriamente por lo especial que era su voz, no precisamente anónima, para mi. El mismo día en que murió le comentaba a mi compañero: «Es de esas pocas personas a las que me encantaría saludar si me la encontrara por la calle, y agradecerle su modo de animar nuestros eventos deportivos…«, y en sus palabras encontraba la inspiración y la fuerza para arrancar de un mal momento a uno muchísimo mejor, con algo tan sencillo como que la vida… puede ser maravillosa.
Muchos nos preguntaremos siempre qué le pasó a Andrés, si se quedó sin ganas de vivir o la vida gastó su inagotable voz, pero dejará algo especial en el recuerdo de sus admiradores.

Una casualidad entre tantas, todas con un mismo fin, en una misma dirección, lo intuyo pero me faltan varias piezas en el puzzle… y algo me dice que tendré que completarlo quiera o no.