Valor… Destino

Hoy me he encontrado con dos casos prácticamente idénticos, el de dos amigas, tan distintas como separadas geográficamente, con un sentimiento común… el saber que no están saliendo con el hombre de su vida, y que deberán dejarlo cualquier día de estos. En un caso vive con él, en el otro… son vecinos, en el primer caso apenas se cruza con él aunque viven juntos, y en el otro por mucho que lo vea no es capaz de recuperar el amor que los unió en su día.

Todos llevamos dentro sentimientos, ese tarro de las esencias que se va llenando desde que nacemos es implacable, y todo lo que vivimos va forjando nuestro carácter, perdemos la inocencia, la fé, incluso a veces la ilusión… con todo esto quiero decir que las entiendo, ambas viven un momento muy complicado y sé que poco o nada puedo hacer para ayudarlas, sencillamente el tiempo tiene que seguir su curso y con la erosión pertinente, las piedras no aguantarán mas y se liberará ese pequeño torrente de penas, agonías y nostalgías hacia las alegrías que un día compartieron.

Que difícil es… que complicado resulta seguir el camino que sabes es el tuyo, como nos resistimos a abandonar gente a la que aún entregamos un trocito de nuestro corazón, a veces parece imposible darse la vuelta y seguir andando, tan solo quieres agacharte y llorar… liberar todo ese dolor y esa angustia contenida, ese miedo oscureciendo el paisaje de nuestra vida, esa negación de lo que somos a abandonar aquello que queremos… quizás, sentados mientras las lágrimas escapan, podamos coger fuerzas y valor para hacer lo que nuestra razón y parte de nuestro corazón saben que debemos hacer.

Soy cómplice de su purgatorio, compañero de viaje, amigo… aunque me calma saber que es tan solo una etapa de su viaje, que tendrán fuerzas justo en el momento oportuno, y que comenzarán una nueva vida mucho mejor que la que tienen… y eso lo haran tanto ellas como sus parejas, ellos aprenderán de lo que han perdido, lo que deberán hacer para conservar a otra mujer en un lejano mañana, porque así es la vida… a la vez, magia y desgracia, no hay una sin la otra.