El mundo ha cambiado

La verdad es que leer los periódicos es deprimente. Ya no son casos concretos, sino un sentimiento general de que todo tiene que cambiar mucho para que no acabemos volviendo a una nueva selva, esta vez sin vegetación, pues para entonces ya habremos acabado con ella. Resulta complicado medir la realidad por un prisma adecuado y objetivo, pues solo conocemos una parte de las mentiras que nos cuentan, y todo eso hace que nos cueste creer en los demás.

En EEUU debaten a tumba abierta el matrimonio homosexual, y aplaudiría a Obama si supiera si es algo electoralista o sincero. En China, Chen Guangcheng se enfrenta a un monstrúo en defensa de unas libertadaes inexistentes en un país cruel y peligroso. El excéntrico Richard Branson propone que España legalice la marihuana para resolver su déficit, y un ayuntamiento de guadalajara cree que en 7000 años, podrán pagar a sus proveedores.
Leer las noticias es navegar por la locura sin bañador ni crema solar.
El mundo de los humanos atraviesa una grave gripe…
Y por eso, es quizás ahora, con fiebre y tan ausentes de esperanza,
es cuando más falta hacen las sonrisas.

Estos pensamientos me recuerdan aquel texto con el que comenzaba en el cine la magnífica trilogía de El Señor de los Anillos, con la voz de Galadriel, un texto que en el libro recitaba Barbol:

Ya que iba a poner este extracto, me lo he currado un poco. En español en grande, y debajo a la izquierda en Quenya (uno de los idiomas que Tolkien creó para la tierra media), y debajo a la derecha cómo se lee.

[spotify:track:52dhxwrC5RgPcuxb8SrX0k]