La coherencia de mi incoherencia
Determinadas cosas me han llevado, estos últimos días, a echar de menos a esa amante no excesivamente pasional pero sí completamente constante: La señorita Coherencia… Bueno, voy a ser sincero, realmente estoy demasiado cansado como para seguir con un post convencional soltando parrafadas que definan mis valores vitales o esas cosas que me llaman la atención. Últimamente, me han pasado demasiadas cosas por la cabeza, y no me importaría contaros muchas de ellas si no temiera dañar sentimientos ajenos, así que tendré que seguir procesando cómo debo actuar en cada caso, llevar sin ayuda estos trastos e ir poniendo orden poc a poc.
Llegar a querer a alguien de verdad no es nada fácil, pero es mucho más difícil aún que te quieran en la misma medida, eso es lo realmente complicado, parece como hacer equilibrismos en medio de una tormenta de arena… supongo que en esos casos no queda otra alternativa que esperar a que la balanza se equilibre, aunque no es fácil que ambas partes se den el tiempo necesario para ello. Pero es que además de eso que llaman amor… luego está la compatibilidad que permita desarrollar conjuntamente pasiones y que ambas piezas encajen ¿Preferirías compartir tu vida con alguien por quien sientas algo especial pero con quien te cueste encajar … o … con alguien con quien encajas muy bien aunque no tengas claros tus sentimientos? El amor es un elixir lleno de contraindicaciones cuyo prospecto cambia para cada persona. A veces me pregunto si mi «medicamento» no estará caducado por pretender encontrar ambas cosas… un sentimiento intenso, rodeado de complicidad y conexión, de cariño y honestidad, fuego y viento.
Este fin de semana recordaba con una amiga mi penúltimo gran ostión sentimental, cuando hace algo más de un año estaba ilusionado con alguien que lo merecía, una gran chica, y de repente un fin de semana terrible lo cambió todo, hasta el extremo que mi cuerpo hizo huelga y como protesta me obsequió con la peor gastroenteritis que he tenido nunca. Semanas después, al recordar lo sucedido, tenía nuevos brotes de esa afección, y de ahí pude vincular una cosa a la otra.
Mis amigos han dejado de creer en mis flechazos, y no les culpo. Cada día que pasa soy más rápido echando el freno, pero al mismo tiempo… tengo ganas de ilusionarme, de disfrutar de lo mejor que brinda una pareja, y seguir conservando mi identidad. Sí, como os comenté en otras ocasiones, tengo esa curiosa maldición de proyectar como será una relación con esa persona, y a veces la evito casi desde un principio. Claro, ese comportamiento no suele ser ni entendido ni bienvenido, aunque yo crea sinceramente que así evito males mayores, y tan pronto como veo ese muro en la distancia, sugiera que ambos cambiemos de camino.
Y es que, del mismo modo que las mujeres no encuentran esos hombres «especiales» que buscan, muchos hombres tampoco encontramos esas mujeres que nos gustaría compartieran su vida con nosotros. Para mi, todo debe empezar con unas cualidades humanas, bondad y nobleza, elegidas libremente a ser posible, no fruto de amenazas divinas. La sinceridad es la promesa más bonita que puede hacerse una pareja. Luego… riqueza mental, inquietudes y ganas de aprender, un sentido del humor lo más amplio posible, que sepa que «Kamasutra» no es un páis de Indonesia, que pueda hacer el papel de doncella en apuros o cómplice pirata en el caribe, pero sobre todo, que sepa qué quiere de la vida y que encuentre en mis ojos la motivación de librar mil batallas con una sonrisa en la cara. Pero al mismo tiempo, no hay matemáticas en el amor, y una atracción física es crucial, y cuando crees que has descubierto su secreto, el amor se reinventa para hacértelo aún un poquito más difícil.
En fin… aún tengo mucho que ordenar en mi azotea… ya os iré contando.
Os dejo con los Briconsejos de esta semana:
– No te conformes con alguien que no te quiera el doble de lo que crees que mereces.
– Si la brújula del corazón no deja de girar, antes de correr deberás andar.
– Si la pared a cabezazos no puedes atravesar… vete por otro lugar.
– «El más difícil no es el primer beso sino el último.» Paul Géraldy
– La punta has de apretar antes del condón desenrollar.* Patrocinado por Durex
¡Qué de reflexiones surgen de tus palabras! Como bien dices, es difícil que te quieran en la misma medida (¿y además cómo lo mides?, me temo que esto es también muy difícil), como lo es la elección entre las dos opciones que planteas. Yo, si hay algo que he aprendido, es que justamente esa «compatibilidad que permita desarrollar conjuntamente pasiones y que ambas piezas encajen» y que tú apartas al decir «además de eso que llaman amor», creo que es justamente una parte esencial de lo que nos hace amar a la otra persona. Al principio del todo, cuando las feromonas andan locas, es algo bastante físico e inexplicable, te sientes enamorado y no sabes el porqué, pero pasada toda la esa primera época de amor pasional, si la relación sigue adelante porque hay puntos de conexión, se inicia la época más bonita de amar a una persona, a la que ya no imaginas, sino a la que has ido conociendo poco a poco y queriendo con todos los sentidos, y ese amor ha ido creciendo justamente a base de compartir. Cuando te das cuenta de que ha pasado el tiempo y de que amas al otro, no echas de menos las mariposas en el estómago de los primeros tiempos, porque lo que tienes es mucho mayor, son ataques de amor (como yo los llamo) que te recorren de pies a cabeza, y que te acompañarán toda la vida si sabes cuidar la relación.
Me gustan tus textos porque invitan a pensar :)
A veces el amor se reinventa para ponértelo más fácil…no pienses sólo en lo negativo. Me ha gustado mucho tu gran reflexión sobre el amor y las relaciones y tienes mucha razón, no es fácil encontrar a esa persona con la que compartir casi todo y seguir con la pasión en marcha. Miro a mi alrededor y veo muchas parejas que se han conformado con lo que tienen sin sentir, que ven a su pareja como un fastidio, como alguien que les limita pero siguen ahí, en esa relación sin sentido y buscando la forma de escapar o de justificar.
Estoy totalmente de acuerdo con Moona, creo que para saber si estás enamorado debe pasar la época loca de hormonas, maravillosa época, pero que tiene muchos filtros que no te dejan ver realmente lo que tienes delante. Cuando eso pasa ocurre lo que ella describe tan bien, es genial y te sorprendes pensando que no echas de menos esas mariposas.
No pides demasiado, eso tenlo claro, pides lo que es justo y lo que todos queremos. ¿Si llegará? Estoy convencida de que sí.
Interesante reflexión y complicadas respuestas…
Yo lo tengo claro LO QUIERO TODO!!!!
Supongo que no hay pócimas mágicas ni soluciones generales, es un camino personal y como recorrido con pendientes, baches, chinas, … pero también bonitos paisajes, experiencias,…
Feliz viaje!!!
Complicada reflexión, interesantes las posibles respuestas… y yo sigo y creo que no es tan complicado encontrar a quien nos quiera en la misma medida… sino que es casi imposible a menudo encontrar a quien nos quiera como esperamos que lo hagan…
Mi querido KATREyuk, acabo de leer esto y me ha parecido que encaja perfectamente con lo que has escrito:
http://osho-maestro.blogspot.com.es/2012/04/un-amor-la-fuerza-no-es-amor-si-tienes.html
Abrazos ilusionantes
Me ha encantado tu entrada llena de reflexión y sentimientos. Supongo que necesitas un respiro o un kit kat para reordenar tu cabeza, dedicarte tiempo a ti mismo y seguir disfrutando de la vida.
Yo en el amor tampoco he tenido suerte y ahora estoy en un punto en mi vida en el que estoy muy a gusto conmigo misma, que eso no quita que eche de menos tener pareja.
De todas maneras la aventura del amor es lo que tiene, unos aciertan a la primera, otros se llevan hostiones como panes y otros se centran en otras cosas que se les pasa el arroz jaja, pero vamos que no decaigan los ánimos, tarde o temprano el amor llamará a tu puerta, yo soy de esas personas que no lo buscan, prefiero que llegue a mi vida.
Mucho ánimo y un abrazo
(PD: espero algún día ponerme al día con tu blog jajaja)
A mi también me gustan mucho estos posts de «desvaríos» tuyos, tu azotea y tus briconsejos. :-)
Creo en fluir más, analizar menos y en las plantáforas. Las buenas relaciones llevan tiempo y requieren su cariñito,a veces es difícil determinar porqué una planta no crece como nos gustaría por mucho abono, por mucho riego, quizá necesita tierras mas secas.
En otros casos, nos maravilla una planta que apenas regamos y no deja de dar flores para llamar nuestra atención.
Sabiduría vegetal. :-)