Grandes Disfraces

Después de cambiar la apariencia de un continente es inevitable pararte a pensar en el contenido. Hace tiempo que no me expreso con la naturalidad de antaño, una característica inherente a los blogs es la libre interpretación de gran parte de los contenidos personales, porque lo que para alguien significa una cosa… es otra diferente para el siguiente lector. Así que hay días de esos que escribes cualquier tontería y ves en los comentarios que la gente lee algo distinto, he vivido al respecto situaciones realmente curiosas e interpretaciones divertidas a tonterías de las que se pueden pintar aquí con palabras una tarde cualquiera.

La vida es un baile de disfraces, los últimos meses me han enseñado el gran error que supone juzgar a la gente, incluso esa «imagen mental» que he creído formar de aquellas personas que conocía se ha mostrado en demasiadas ocasiones errónea. El diablo lleva traje blanco y a menudo quien luce acento barrio bajero lleva puesto un gran corazón. La gente que te hace la pelota de frente por detrás te tiende la zancadilla, nada es lo que parece… ¿Y eso qué sentido le da a todo? Pues te permite valorar lo genuino que tienes en tu vida, la gente que sigue a tu lado aunque no lo merezcas, te aproximas al momento.

No son solo los disfraces, están también las mentiras, la política, el calentamiento global… cada día es más difícil aferrarse a principios sólidos, a vivir sin miedo, a sentirte partícipe de algo mejor, siempre hay vida mientras quede esperanza (y oxígeno), y en este mundo endeble y maleable quedan mas de mil mentiras que valen la pena, abrazos gratis por repartir (contrates o no ONO), y aunque necesitar no significa tener, no tener no significa no alcanzar, y por ende, no dejar de soñar. A veces olvidamos los sueños, demasiado a menudo los que merece la pena recordar, y se pegan a ti aquellos que quisiste olvidar y entre nubes y claros lanzamos preguntas, el tiempo masca lentamente las respuestas, y mientras tanto, seguimos creciendo.

«…saber que se puede,
querer que se pueda…»

Bruce Springsteen – Brillant disguise (Gran disfraz)