Sordo, ciego, sordomudo

Últimamente he pensado muchas veces en escribir una u otra cosa, desahogarme, sin tener muy claro si hacerlo llorando o gritando. Al final, algo me detiene, y no lo hago, y así pasan los días. Una de las últimas cosas que escribí, desde el corazón, tuvo muy mala acogida, y recibí un mensaje muy doloroso por parte de la persona de la que hablaba, cuándo pretendía ser un elogio y algo bonito. Días después otra amiga me dijo que no le parecía empático, y pasé ese escrito a «privado» para que solo yo pueda verlo.
Y sí, puede ser, la empatía no es uno de mis puntos fuertes, en general, pero también está claro que la actitud con la que alguien lee algo lo es todo, y cuándo las actitudes se tuercen, es muy difícil enderezarlas, más aún cuando todos nos bloqueamos un poco al hablar de temas que tenemos atascados entre la cabeza, la barriga y el corazón. Aquel post poco empático fue uno de los muchos intentos de crear comprensión y entendimiento, pero cómo los anteriores, murió sin éxito.



Es increíble cuánto puede cambiar la vida en tan solo 3 meses, parece otra completamente distinta. He conseguido despejar gran parte de las nubes grises que me asediaban, sin encontrar Luna ni estrellas tras ellas. Pero en lugar de desesperarme, me he sentado a ver el mundo lo más objetivamente posible, y empezar una conversación conmigo que me lleve al perdón, a comprender el motivo de mis errores, y a establecer bases que me permitan evitar situaciones parecidas en el futuro.

Esta vida es un suspiro, y quiero creer que lo sucedido tiene, o tendrá, algún sentido. Empiezo a entender algo, del precio que pagamos por ser camino, y la valía de quien nos acompaña. El valor de quien se va, y de quien vuelve, el valor de quien muere por ti, y de quien se queda atrás ante un desafío. La importancia de luchar por lo que crees y quieres, de aprender a ser honesto contigo, son argumentos que pasan por mi cabeza a diario ¡Vivir! Del modo más justo posible, eso sí, algo en lo que debo mejorar.

La vida es demasiado breve para…
— Mendigar a alguien por quien hiciste mil cosas bien (aunque hayas hecho cincuenta mal) la oportunidad de hablar y ponerle sentido a la locura vivida. Por supuesto, mi energía y mi amor, van para desearle siempre lo mejor.
— …padecer, una vez más, cómo queda sin respuesta la súplica de ayuda a una amistad que jura y perjura que siempre estará a tu lado, pero que no es así. No pasa nada, «Si me necesitas llámame» (pero no estaré, para ti, nunca más, lección aprendida).
— Retrasar un día más reecontrarme con un gran amigo y su mujer. Por fin tenemos fecha en el calendario. Durante un año y pico desee que conocieran a mi medio pomelo, ahora se reencontrarán solo conmigo para ayudarme a avanzar con su amor incondicional.
— No gritarle a mi vasco cuánto lo quiero y cómo le agradezco retomar camino juntos tras aquella incomprensión que nos hizo perder los papeles hace años. El amor de verdad se abre paso por entre la estupidez, el orgullo, y el corazón herido, y puede arreglarlo todo.
— …para aguantar la vigésima manipulación de la pseudoamiga vidente-astróloga que lleva toda la vida quejándose de su fortuna mientras usa a la gente y vende humo a los fumadores y hielo a los esquimales. Que los astros le provean de riqueza y cordura a partes iguales.

Es hora de arder… y resurgir mejor.
Caerse está permitido, pero levantarse, es obligatorio.
Gracias a los que, entre luces y sombras, escogéis seguir a mi lado.



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6 Respuestas

  1. Una princesa dice:

    Mucho ánimo! Cree en ti y resurge de entre las llamas. Abrazo grande

    • KATREyuk dice:

      Gracias por estar siempre ahí… sabes que puedes contar conmigo ¿no? Me alegra verte desarrollar la artista de imagen y la gran pantalla que llevabas dentro. Un abrazo grande

      • V. dice:

        La vida es demasiado breve como para esperar cosas de los demás.
        Acompáñate, escúchate, quiérete. Y por el camino, reparte a los demás, pero quédate siempre con lo mejor porque sólo tú estarás contigo mismo en los peores momentos.
        Perdonar y perdonarse, pero sobre todo ser libre para poder expresar lo que sientes en tu espacio (le duela a quien le duela, y sé de esas cosas).
        Lo que sucede, conviene y todo llega, verás la luna y las estrellas.

  2. Ana dice:

    Pasito a pasito las estrellas serán más brillantes. Y te iremos acompañando a que las veas mejor. Ahora solo falta encontrar el cuándo. Un abrazo grandote.

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