El camino largo y enrevesado

Es imposible olvidar esa legendaria canción de los Beatles con la que empecé a conocer de adolescente a esa curiosa compañera de viaje llamada «Nostalgia». En realidad, estaba empezando a explorar algunos de los muchos matices que tiene, lleva toda la vida aprender los recovecos del corazón humano, conocer las grietas de la alegría y los senderos de la tristeza, la distancia entre lo que se quiere y lo que se puede tener, y cómo a veces todo da vueltas de un modo tan curioso y poco probable, que parece estar diseñado por alguien.
Paul entonaba aquel «The Long and Winding Road» y yo disfrutaba de mis primeros escalofríos musicales. Supongo que estaba tan acertado aquel niño que creía ver el Universo en un grano de arena, como el hombre que ahora intenta alejarse del mundo para coger perspectiva, y que acabará dándose cuenta algún día de que efectivamente… el mundo cabe en un grano de arena.
Todos merecemos una vida larga, las curvas vienen dadas por la forma de ser de cada uno, y nuestra suerte. Siempre que me detengo o doy unos pasitos atrás para evitar algo que puede dolerme, recuerdo a una gran amiga que hizo esa elección en un momento crucial de su vida, decantarse por la elección cómoda y sencilla, fácil y «conocida», antes que entregarse a un tobogán vertiginoso, frenético y apasionado, nada emociona más que una montaña rusa, pero las caídas son muy dolorosas, por lo que acabas prefiriendo no montarte más, y te conformas con un columpio o un tobogán. Elegir entre el confort de un hogar a veces hasta soso y la emoción de un mundo lleno de posibilidades y aventuras es una de las elecciones más difíciles de la vida, aunque hay personas que llevan esa elección grabada a fuego en su ADN y forma de ser, hay niños que parecen ancianos, y gente mayor que nunca dejó de ser niño.

…Many times I’ve been alone and many times I’ve cried
Anyway you’ll never know the many ways I’ve tried
And still they lead me back to the long and winding road
You left me standing here a long, long time ago
Don’t leave me waiting here, lead me to you door…

Aprendí que lo más importante, por curvas y montañas, es no detenerte jamás. «Si atraviesas un infierno, no dejes de caminar» dijo un presidente norteamericano de los inteligentes, y «Caerse está permitido, pero levantarse es obligatorio», eso fue de Jordan o de Gandhi. Las curvas son muy difíciles con miedo, así que intenta disfrutarlas.
La vida es un camino largo y enrevesado, a veces vuelves al mismo lugar, casi siempre descubres nuevos desvíos, enfrenta la soledad con tu mejor sonrisa y aparecerá la luz que nace de toda oscuridad, a nada teme más la oscuridad que a un corazón encendido. Mírale el lado bueno a todo, y si te alcanza el mal… únete al lado oscuro (¡Tenemos galletas!).
Un abrazo sentido

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