Amores eternos, que duran lo que dura un corto invierno

Cuando escuché por primera vez esa canción de Sabina no imaginaba que acabaría comprendiendo tan bien sus matices. Existen mil modos de dibujar con palabras a aquellas mujeres que se han cruzado por mi vida, con algunas bastarían unas breves líneas, y con otras necesitaría libros extensos que se quedarían cortos. Más allá de todas las pasiones que he tenido, mi mayor hallazgo en esta vida ha sido el confort del sofá de unos labios en los que te sientes como en casa, y es en ese campo de batalla, donde he librado mis mayores conflictos personales y obteniendo mis más enriquecedoras victorias y mis más dolorosas derrotas.

Le di mis noches y mi pan, mi angustia, mi risa,
a cambio de sus besos y su prisa;
con ella descubrí que hay amores eternos
que duran lo que dura un corto invierno.

Estoy cansado de ver señales donde no existen. Que si aquella chica que yo «había buscado tan lejos y vivía a 30 metros de mi casa» de hace un par de años (luego vendría otra peor…), o la más reciente, que aún escuece, que yo pensaba sería un curioso final pues tras conocerla desde hace 12 años, se postulaba como un proyecto de futuro, y sería una de esas ironías que a mi amigo el Destino le gusta tanto plantar frente a mi.
No, no era esa la lección que pretenden darme mis amigas las Parcas, no, es precisamente a través del cansancio, del agotamiento, que quieren darme a conocer una verdad simple: solo existe el ahora. Tras la desgarradora herida de desprenderse de gente nociva, llega la otra verdad, la más escondida.
No puedo proyectar una vida sin antes fluir con mayor naturalidad, sembrar semillas para ver germinar la planta, lo realmente duro no es conquistarla, sino cuidarla y crear juntos un huerto. Que no me quejo, pero supongo que en mi siempre latió el clásico amor de antes, de compartir media vida, y construir mil castillos, y me ha pillado por sorpresa el amor Apple, que por muy bien que lo cuides, acaba quedándose sin batería a los 5 años. Y ni eso, eso era antes, ahora no consigo pasar de los dos meses, pero quizás siga aprendiendo a amordazar sueños y evitar falsas promesas, a sentir y vivir solo en ese instante en que me besan.

Al final aprendes que te conformas con algo simple: que sea verdad.
Demasiadas mentiras, hipocresía y necesidad enlatada hay en el amor.
No hay que dejar de soñar con algo fresco cual lechuga,
y apasionado cual bol de fresas con nata.

He encontrado un vídeo que me viene como anillo al dedo… con la canción del maestro

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4 Respuestas

  1. Ana dice:

    También Ismael Serrano decía en una canción que: «El amor es eterno mientras dura». Así que así lo pensaremos mientras dure. Y si no dura, otro vendrá, o habrá que disfrutar de otro amor… por las cosas, por la vida, por los amigos, por el mar…
    Disfruta de todo lo que llegue y no te lamentes del qué podía haber sido o qué no fue. Y mientras tanto, a ver si nos haces una segunda entrega de las mujeres de tu vida en plan HIMYM, que no se nos ha olvidado a las incondicionales, jajaja. Un abrazo fuerte, fuerte.

    • KATREyuk dice:

      Faltan dos comentarios! Y ya sabes que yo soy muy cabezón y orgulloso… no siempre, pero de vez en cuando.
      Como siempre, sabiduría enlatada… si es que valdrías tu peso en oro si ganaras 30 o 40 kilos. Un beso bonica

  2. Ana dice:

    Lo entendí, lo entendí… Imaginé que no querías ponerme en plan sabiduría de bote o de libro de autoayuda barato. Porque con la caballa, el atún y la sardina tampoco me identifico. ;) Estoy pez en muchas cosas, pero ¿tanto? Ah! Y vale que falten dos, pero te comentó gente que nunca había entrado, esos valen por dos… ¡cómo mínimo! Beso fuerte.

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