Fábula del coleóptero filósofo

Érase una vez, hace muchos cientos de años, un miembro de una repugnante especie de escarabajo que había perdido su pasión por vivir. Se sentía vacío formando parte de una pirámide alimenticia que era especialmente cruel con su especie, y les hacía escapar de todo tipo de criaturas para sobrevivir como pudieran. Él era el único que tenía este vacío existencial, y no podía compartir con sus compañeros de especie sus pensamientos y preocupaciones, pues lo tacharían de loco y lo repudiarían por ser diferente.
Una vez, ocultándose de un pájaro, acabó metiéndose en el hueco de un árbol, donde encontró un hada luminosa que estaba fumándose un poquito de hierba mientra su luz oscilaba como si fuera un neón.
Hola – dijo.
¿Qué passa tio? – le contestó ella
¿Quien eres? – preguntó el coleóptero
Pues un hada madrina venida a menos. Mis compañeras no entienden mi forma de ver el mundo y me repudian por mi vestimenta multicolor. Ellas realizan múltiples hazañas y encantamientos, y a mi… me dicen que no moleste ni intente hacer nada.
Pues… podrías ayudarme, necesito darle un sentido a mi vida.
mmmm quizás ¿Una calada?
 
Aquella reunión acabó en una gran humareda en el hueco de un árbol, repleta de ideas vagas. Entre risas, ambos imaginaban formas de darle sentido a una vida, y tanto si era una tontería, como si no, acababan desternillándose de risa. Finalmente, tras horas de conversación, se le ocurrió una idea a la hadita drogata…
Oye ¿Sabes qué molaría? Que tuvieras un culo brillante…
El coleóptero empezó a reírse sin pararse a pensar en aquella idea.
Siiiiiiiiii – añadió el hada – así tendríais más opciones frente a los depredadores, y además le recordaríais algo importante al mundo… seríais una señal para todo ser vivo, tendríais un sentido y vuestro secreto.
¿Cualo? ¿El qué? – respondió curioso el coleóptero, y se acercó al hada para que le susurrara al oído cual era aquella idea. Sorprendido, mostró un gesto de agrado pues le encantaba la ocurrencia, y le dijo que si ella podía hacerlo, adelante, él cargaría, bajo los efectos de sustancias alucinógenas, con una decisión que afectaría a toda su especie.
 
Desde entonces, existen las luciérnagas.
¿Y cual es el secreto que le contó el hada drogada al coleóptero filósofo?
Pues que con un culo brillante, aunque pequeñito e insignificante, las luciérnagas llevan milenios recordándole a todo ser vivo, que por profunda y oscura que sea la noche… siempre hay un luz llena de vida y esperanza, y que además, si la vida te da la espalda… puedes tocarle el culo.
 
Colorín colorado, este cuento se ha acabado.
No se lo leais a vuestros niños, harían demasiadas preguntas.


Imagen de un anime llamado «Kobato«, capítulo 5 «La promesa de las luciérnagas«

Prometo que yo solo quería escribir un cuento, y tan solo me salió eso.
¡Lo juro! No tomo drogas…

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2 Respuestas

  1. Moona dice:

    Me suena haber leído alguna que otra fábula del porqué de la existencia de las luciérnagas, pero no tan cachonda como ésta (apuesto a que mi sobri diría eso de ¡qué cool!), ¡jajaja!

    Besos sin excepción :D

  2. Tegala dice:

    Yo creo que es apta para niños!!! Tanta Cenicienta, Blancanieves y Pinocho los están trastornando.
    Me has hecho reír, gracias!!!

    Un abrazo.

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