Página de un diario

20 de Julio de 1997   Con mis ojos a pocos centímetros de tu espalda, escudriñaba tus poros admirando su elegante perfección. Mi mano dibujaba sueños en ella y me concentraba, aunque dejándome llevar, para que mis caricias te hicieran sumergirte en un sueño profundo. El olor de tu cercanía...