Abducciones

«Por las noches, mientras los seres humanos duermen, unas curiosas criaturas se cuelan en nuestras casas. Tienen un aparato que genera unas ondas que nos hacen profundizar en el sueño para que ellos puedan llevar a cabo sus estudios sin sobresaltarnos ni despertarnos. Ese mismo aparato, que les permite trabajar ahora más cómodos, es el fruto de sus primeros lustros de trabajo, y ellos mismo lo emplean en su mundo para poder alcanzar un descanso que antes desconocían, pues ellos no necesitan dormir, pero han aprendido los beneficios de ello, y del mismo modo que nosotros empleamos cremas rejuvenecedoras o bífidus activo como secretos de belleza, ellos desarrollan estos aparatos con una función similar.
 
Ahora, están a punto de concluir un proyecto que revolucionará su mundo. Tras años de investigación, han conseguido crear un extractor de humanidad, que disuelve en agua pequeñas porciones del alma humana para que luego ellos lo puedan ingerir, y tras varias sesiones, como prometen los experimentos, se obtiene el ansiado resultado. En una de sus ciudades hay una gran cúpula dónde los primeros que han completado el experimento conversan entorno a una mesa. El resto asisten sorprendidos a algo que son incapaces de explicar, y los miran incrédulos. Los científicos locales afirman que se puede prolongar la vida y la calidad de la misma con este experimento, pero hay algunos colectivos que se muestran escépticos, pero la eficacia de la máquina de sueño y los buenos resultados avalan este cambio.
 
Dos entes conversan observando la gran cúpula.
– Por lo visto eso nos permitirán vivir unos cuantos años más. – dice sin inmutar su frío rostro
– Y dicen que además hará que nuestra vida sea mucho mejor, no entiendo como – contesta, con la misma ausencia de gestos
– Sigo sin entender en qué puede ayudarnos hacer esas extrañas muecas que hacen los primeros sujetos del experimento, me parece una verdadera aberración…
 
En la gran cúpula, los primeros sujetos de un experimento descubren la risa, y crean los primeros chistes de su mundo.»